jueves, 30 de octubre de 2008

LA ROCKOLA: EL ESPERADO REGRESO DE CALAMARO





No pude con la tentación y atentando contra la economía familiar, agarré las últimas monedas del presupuesto y emprendí viaje.

La travesía: pésima.

Los acompañentes entrañables.

El objetivo: cumplido con creces.









“Siempre seguí la misma dirección
La difícil la que usa el salmón
Siento llegar al vacío total
De tu mano me voy a soltar”


(El SALMÓN)



Tuvieron que pasar diez años para el regreso, por eso ni las malditas 19 horas de viaje (¿por qué rayos tomé “Cruz del Sur”?) mermaron mi ansiedad por verlo. El cansancio de un tirón pasó al olvido y como lo ha escrito el propio Calamaro, había que terminar con el mito de Playa El Silencio y “encontrarnos ya no con el mar, con un mar de gentes” que muchos calculan fueron 20 mil, el pasado domingo 26 en la explanada del Estadio de Ate.

Con traje y sombrero oscuro, bufanda blanca y un retraso mínimo de 15 minutos Andrés Calamaro subió al escenario con el emblemático “El Salmón” que sufrió un ligero cambio de letra. “Debo contar lo que yo solo sé, Uh perdón, INKA KOLA también”, se escuchó de la boca del artista para el deleite de la platea. Luego vendría “Los Chicos” de su último trabajo “La lengua popular”, que animaría a los asistentes hasta el delirio.

Los miles de brazos derechos en lo alto moviéndose hacia atrás y adelante en correcta sincronización por momentos hacían pensar que uno estaba en pleno clásico futbolero, pero era mas que eso. Era la expresión genuina de los fanáticos por escuchar al cantante de los cantantes (sorry Lavoe).

"Buenas noches, hombres y mujeres del Perú y Lima"
fue el primer saludo del gaucho para continuar con un recital explosivo que nos presentaba a un Calamaro reinventado, jovial que empuñaba su ruidosa guitarra, se paseaba por el escenario y sorprendía a todos con registros vocales que muchos creíamos inexistentes en el trajinado músico de 47 años. Por lo visto, como todo buen vino el añejamiento le asentó a la perfección.


Desfilaron así “Tuyo siempre”, “Mi gin tonic”, “A los ojos”, “Carnaval de Brasil”, “Estadio Azteca”, “La mujer mundial”, “Flaca”, “Loco”, "Crímenes perfectos" y “Elvis está vivo” con una ocurrente presentación: “Me fui al mercado a comprar verduras y me encontré con Elvis”. El público reía y celebraba cada ocurrencia del porteño, mientras éste devolvía la galantería con más música y poses de rock star.


A mitad del concierto, que sobrepasó las dos horas para agrado de los asistentes, todos comprendimos que la vestimenta del rockero no fue casual pues acompañado sólo de su tecladista, Calamaro hizo gala de su peculiar estilo para interpretar tangos y luego ya con la banda de regreso se animó por el bolero “La copa rota” que a esas alturas se escuchó con un timbre vocal de resaca perfecto, que evidenciaba la soterrada presencia de Bob Dylan en la tarima. También se pasearía por ahí Marley. Entrañable y único momento.


Otros puntos altos fueron recordar la etapa de “Los Rodríguez” y cuando Calamaro llamó al estrado a Miki Gonzales que recibió una ovación del público alentada por el cantante argentino que lo presentó como “Mi anfitrión cada vez que vengo a Lima y mi gran amigo”. Algunos pensaron que cantarían algo a dúo, pero ese hecho no sucedería nunca. La noche y el espectáculo le pertenecían sólo al desgarbado Andrelo que volvía para arremeter con las guitarras. No tocó para nada el teclado y la verdad no fue necesario hacerlo, porque todos querían verlo como el líder que dirigía el carnaval y la banda.


Luego de dos horas de show vino la primera despedida que se hizo muy breve a insistencia del público. Ya para el cierre Andrés entonó “Paloma” con un coro magistral de 20 mil gargantas irritadas pero satisfechas. “No te preocupes, Paloma, hoy no estoy adentro mío. Tu amor es mi enfermedad, soy un envase vacío”. Poesía a flor de piel.


Para finalizar los músicos se despedían del respetable levantando las manos en señal de adiós, mientras un escurridizo Calamaro desaparecía por unos segundos para retornar al instante con una bandera argentina unida a una peruana, cobijándose con ellas cual capa protectora. Luego las levantaría al cielo en señal de hermandad mientras que el público aplaudía generosamente el gesto, agradecía el momento inolvidable, la velada perfecta, la noche mágica.

Gracias Salmón, vuelve pronto.


Ahí va el vídeo para recordar, para no olvidar



5 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien tube q hacer chanchita para verlo, pero valio le esfuerso. Grande Andrés, Grande Calamaro.

José T.
PD: Bacán el vídeo, es uno de los mejores que estan en yutube

Anónimo dijo...

Un grande de la música contemporanea. ¿Quien no ha imitado parte de sus letras para declararse?
No llegue a viajer, pero lei que el mismo CALAMARO dijo que regresaria. Y si vino por aca CERATI, que la proxima sea en el jardin de Cerro JUli, no?

Mario Barackus

Anónimo dijo...

seria algo grandioso qe calamaro se de una vuelta por arequipa.

Anónimo dijo...

Totalmemte de acuerdo, si vinieron otros, no seria nada del otro mundo que llege para ekl poximo año CALAMARO.
ademñas tenemos un local (jardin de la cerveza) que ya quisieran tener en lima, no?

Pablo C.

Anónimo dijo...

"cantante de los cantantes"...creo que exajeras rafo.
Calamaro esta bien, buena voz...pero tampoco es para endiosarlo, ¿no?