La Rockola
ADIOS BOTAS, BIENVENIDO LONG PLAY
El inicio de la década 80 se caracterizó por el retorno de los militares a sus cuarteles y la apertura de los medios de comunicación, como las radios que volvieron a difundir música rock luego de la absurda prohibición de los generales Velasco y Bermúdez, que consideraban esos géneros alienantes y pro imperialistas.
En Arequipa apenas se llegaba al medio millón de habitantes y con el retorno de la democracia se elegía al izquierdista José Villalobos Ampuero como alcalde. Fue a mediados de esa década que irrumpieron abruptamente en escena un puñado de aguerridas bandas, unas con más pericia que otras pero al fin y al cabo contestatarias, y con un mensaje innovador que atorado en sus gargantas pedía salir a gritos.
De esa época lo más resaltante fue quizás, la agresividad de los “Cuarto Cerrado”, las pinceladas new wave de “Radio K-Oz”, y los parafernalios “Catedral de Humo” que se iban más por el lado progresivo. De estos últimos me ocuparé en esta primera entrega, con la promesa de continuar revisando ese grato pasado en un ciclo que pasaré a denominar “Arequipa sillar and roll: la historia”.
EL “FLORECIMIENTO” DEL TEMPLO
Los “Catedral de Humo” registran su partida de nacimiento a finales del ’85 por la inquietud de Pepe Flor que a toda costa quería formar una banda de rock. “Era febrero del ’86 y creo que había llovido el día anterior, porque había una neblina espesa en el centro. Con un amigo pasábamos por la plaza de armas y me dijo que parecía que salía humo de la catedral, la frase me gustó tanto que a la mañana siguiente ya tenía el nombre del grupo”, recuerda Flor.
Aunque muchos no lo sepan en la conformación original había una mujer. Ella se encargaba de los teclados y su nombre es Rosa Cruz, que ahora radica en España. Sin embargo, quienes serían los integrantes oficiales fueron Lucho Escobedo en los teclados, Oscar Chahud con la batería, Pepe Flor en el bajo, Roberto Otoya a cargo de la guitarra y Alfredo “El Mono” Villavicencio en la voz.
Para mediados del ’87 los “Catedral” participan en un concurso de rock que organizó una desaparecida radio llamada “Hispana”, la final fue a lleno total en el Coliseo Municipal, quedando ellos en segundo puesto. “Nos robaron hermano. Nosotros tocamos tres temas propios y la gente respondió, pero el jurado hizo ganar a LOS EMISARIOS que tocaron dos covers y un solo tema original. Hubo chiflidos y todo”, reniega Pepe Flor.
EL “MONO” EN SU LABERINTO
A diferencia de otros grupos de su generación los “Catedral de Humo” iban por una ruta progresista o al menos eso era lo que ellos creían. No por nada sus discos de cabecera eran de bandas como “Yes”, “Génesis” (los originales con Peter Gabriel a la cabeza) y claro “Pink Floyd”, aunque nunca fue su intención copiarlos “Jamás fue el objetivo imitarlos, eso hubiera sido un insulto, una afrenta”, sentencia enérgico “El Mono”.
Pero Alfredo Villavicencio no debutaba en estos menesteres, todo lo contrario, fue tal vez era el más experimentado y el más viejo del grupo. Entre el 71’ y ‘72 formó parte de “Los Crazys”, agrupación que animaba fiestas, con un repertorio que iba desde Los Ángeles Negros hasta Elvis Presley. Ese grupo estuvo integrado por Jaime Díaz (guitarra), José Allemant (bajo), Víctor Valdivia (teclado), Paúl Talavera (batería) y el “Mono”, que antes de viajar al extranjero se dio el lujo en el ’73 de integrar otra banda que se llamó “La Nueva Cosecha”.
“Luego de regresar de Argentina donde estudié arquitectura y donde Luis Alberto Spinetta me dinamitó el cerebro, integré otro grupo llamado OPUS. Empezamos haciendo covers de Génesis, Los Gatos (Litto Nebbia), y el propio Spinetta. Claro también se hacían cosas más populares, entonces ahí cantaba Magda Ortiz, yo me encargaba de los temas rock”, recuerda Alfredo.
Al hablar de “Opus” la nostalgia embarga a Villavicencio pues varios de sus integrantes murieron como es el caso de Hernán Gonzáles (bajo), César Loayza (batería) y Víctor Valdivia (teclado). “Carajo, todos se están muriendo, capaz la foto que me estás tomando sea para mi obituario. Al menos quedan Héctor Franco (guitarra) y Magda”, me comenta alegre.
LOS ESCENARIOS
Los Catedral podían jactarse que parte de sus integrantes eran músicos con formación académica y por ende con mayor disciplina. Roberto Otoya y Lucho Escobedo al ser alumnos de la Escuela de Música de la Universidad San Agustín, aportaron a las 24 composiciones propias incluyendo dos oberturas sinfónicas, una cantidad casi inimaginable para un grupo de rock de la época.
Entre sus canciones más representativas tenemos “Las pinzas del alacrán” que era un analogía de cómo lo devora a uno la sociedad de consumo, “Coche bomba” de moda por los atentados terroristas de los ochentas, la abstracta “Seré tu dios” o la explícita “Violación” que muchos coreaban a voz en cuello y aprovechaban para pogear sin misericordia alguna.
A pesar del espíritu rebelde de los grupos de la época llama la atención que la mayoría de conciertos contaban con el auspicio de la municipalidad y se realizaban en los propios locales de la comuna, como el ex cine Ateneo de la calle Tristán, el teatrín y coliseo municipal o las masivas congregaciones en la concha acústica del parque Selva Alegre. Al parecer las autoridades de ese entonces sí consideraban que el rock era cultura, a diferencia de lo que sucede actualmente. El equipo de sonido era muchas veces financiado por los propios músicos y los afiches en blanco y negro se pegaban tímidamente en una que otra calle, pero el boca a boca era sin duda la publicidad más efectiva. Las clásicas verbenas universitarias también eran parada obligada de muchos grupos de ese entonces y por su acceso gratuito aglomeraban buena cantidad de público.
LA CATEDRAL DERRUMBADA RESURGE
En el año ’92 cuando ocupaba el sillón municipal el aprista Fernando Ramírez Alfaro, y mientras en Lima, Alberto Fujimori consumaba el autogolpe del 5 de abril, el humo de la Catedral empezó a evaporarse. Sin embargo, por ese entonces surgió la posibilidad de grabar un disco, el “Mono” Villavicencio era unos de los más entusiastas a pesar que algunos integrantes se mostraron indiferentes. Al final, los roces y egos propios de todo grupo de rock pudo más y la catedral terminó por derrumbarse. Para colmo de males una noche fatídica asaltan al “Mono” y literalmente le sacaron la mierda.
“Me cogotearon, no recuerdo bien cuantos eran, pero me dejaron calato tirado en el piso. Lo más terrible fue que me jodieron las cuerdas vocales. No podré cantar más fue lo primero que pensé. Adiós Catedral carajo...como avión en picada, se estrelló contra el asfalto y para siempre”, rememora un aristotélico Mono.
Ya sea por desidia o desconocimiento no se registraron grabaciones de la música de “Catedral de Humo” que permitan apreciar su calidad interpretativa a no ser por algunas cintas de casette y una que otra grabación en vídeo lamentablemente de pésima calidad.
Sin embargo, al momento de escribir estas líneas me entero que Pepe Flor y el “Mono” Villavicencio preparan un reencuentro. Por estos días deben estar retomando los ensayos y preparando los detalles para un retorno por todo lo alto que sería posiblemente para fines de febrero. “Con el respeto de Sting, pero si se ha juntado The Police, ¡y no se va juntar los Catedral carajo!” comenta Flor. No sé si tuve que ver, no sé si contribuyó en algo los rones que me tomé con ellos, pero si este reportaje contribuyó en algo al regreso de los Catedral, la maldita resaca que tengo ahora está más que compensada.
VIOLACIÓN
(Letra A. Villavicencio)
Cada vez que te enfermas, te pones a lavar
y en la calle discurriendo esa manifestación
con las voces de la gente, cartelones de protesta
con los huevos por las nubes, huy que cosa tan fatal.
Desciendes de la azotea, plegándote a la marcha
sin pensar que al frente, te asechan los agentes
y de pronto, pitos, palos, mucho gas y rochabus
¿Qué pasó? Te llevaron por gritar nena.
(coro)
Oh no, no salgas sin sostén
Oh no, que te pueden manosear
Y en el sucio calabozo,Habilitaron un colchón, violación
Cada vez que te enfermas, te pones a lavar
y en la calle discurriendo esa manifestación
con las voces de la gente, cartelones de protesta
con los huevos por las nubes, huy que cosa tan fatal.
Desciendes de la azotea, plegándote a la marcha
sin pensar que al frente, te asechan los agentes
y de pronto, pitos, palos, mucho gas y rochabus
¿Qué pasó? Te llevaron por gritar nena.
(coro)
Oh no, no salgas sin sostén
Oh no, que te pueden manosear
Y en el sucio calabozo,Habilitaron un colchón, violación
2 comentarios:
Muy interesante la reseña sobre "Catedral de Humo", sin embargo quisiera añadir los enlaces de Catedral con España. Se trata de un mínimo aporte a la memoria del grupo, a la memoria del Mono y de todos los integrantes de Catedral de Humo.
Ver:
http://metronomo.blogspot.es/i2008-02/
la mejor forma de recordarlos es escuchandolos, link de descarga http://www.megaupload.com/?d=LLAAPG15
Publicar un comentario