La Rockola
PSICODELIA MARGINADA
Con precisión de relojero suizo la jornada se inició a las 7:00 de la noche con los locales “COMFUZZTIBLE”; banda de enorme potencial que mereció mejor trato --léase mejor horario--, pero aún así contaron con un sonido impecable.
La banda de garage y piscodelia con influencias ‘60s tuvo una de sus mejores presentaciones apoyadas en el fuzz de las cuerdas y el sempiterno órgano farfisa que rugió cómodo en los enormes parlantes. “Déjala” inició el show para dar luego dar paso a temas movedizos como “El grito” o “Tingo surf”, amén de covers capitales como “Cementerio” de “Los Saicos” y “Stone” de los recordados “Texao”. Hasta unas bailarinas a go go se posicionaron de la tarima creando una atmósfera retro. Lo imperdonable fue que nadie se dignara en presentarlos, aunque la venganza vino a resarcir la afrenta: ¡tocaron más de una hora!
¿FUSIÓN ROCK?
El turno siguiente fue de Pepe Alva, quien radica más en el extranjero y con bastante rotación en canales de vídeos como Ritmoson y HTV que la verdad son ventanas más para artistas tropicales.
El público frío como la noche recibió la propuesta entre incrédulo y aburrido hasta que escuchó un cover de Soda Stereo. “Cuando pase el temblor”, pasó así a convertirse en la excusa para jugar con la platea, algo que el músico no pudo hacer con sus temas propios. Una vergüenza. Similar situación vino al final cuando interpretó “Matarina” del maestro Miguel Ángel Silva Rubio (Indio Mayta), que hizo bailar a los asistentes. La propuesta, por cierto nada novedosa (hace tiempo la fusión quena, charango y zampoña son conocidas) no tuvo grandes resultados.
POCHO, CUCHO, CHACHI
A pesar de la variopinta edad de la platea, los temas de RIO, fueron los más cantados. El trío que fuera tan popular a mediados de los ochentas, apeló a los recuerdos y la gente se dejó llevar con “Lo empiezo a odiar”, “La universidad”, “Televidente” y “A la droga dile no” que todos cantaron con una chela en la mano y un cigarrillo en la otra.
Un concierto sin sobresaltos ni sorpresas, como fue la carrera de estos maduros músicos limeños que antes causaban furor, cuando llenaban coliseos y ocupaban los primeros lugares de los rankings de las radios con su pop simple y directo.
CHONGO ROCK
Con mayor público y el pergamino de haber obtenido el Grammy Latino, como mejor álbum de rock por su disco "Kamikaze", los panameños de RABANES subieron a escena. Su alevosa combinación de rap, ska, reage, funk y demás hierbas encandilaron a la mayoría, aunque por su escasa difusión en estas tierras, supongo que el verdadero motivo del revuelo fue el efecto de la cebada.
Y no sólo lo digo porque todos los temas sonaban como “Señorita a mi me gusta su style”, su emblemático y monótono tema, sino que por ejemplo nadie se percató del “Electric Avenue”, remake ochentero de Eddie Grant, que salvando distancias fue la más atrevida. Tranquilamente pudieron ser reemplazados por los nacionales “Zopilotes” de gustos bastante afines y nadie lo hubiera notado. Hasta los organizadores hubieran ahorrado.
MOLOTOV
Si la preferencia del público se tomara en cuenta MOLOTOV hubiera cantado más temprano y no a las 00:38 del domingo. Los mexicanos se dejaron apreciar para cantar “Amateur” y reivindicar a los miles de fanáticos que se apuntaron a una gala con el rótulo de rock, aunque en el medio hubo de todo.
Por eso cuando Ismael Fuentes de Garay (guitarra), Micky Huidobro (voz), Randy Ebright “El Gringo Loco” (batería) y Paco Ayala (bajo) subieron a escena la gente ya estaba preparada para lo que venía. Y si con “Voto latino” el respetable se enganchó, el frenesí vino con “Puto” o “Gimme tha Power”, aunque el pico más alto fue “Frijolero” con mentada de madre incluida al presidente Bush y letra de fuerte connotación política que resumía la rebeldía de los asistentes: “/Te sacaré un susto por racista y culero / No me llames frijolero / Pinche gringo puñetero/”.
Otro detalle que confirma el eclecticismo generado por el alcohol fue “Me convierto en marciano”, interpretada en cumbia y luego en rock. El cover original de los míticos The Misfits (banda de punk horror de mediados de los ‘70s en Nueva Jersey) se disfrutó tanto en bailanta como en pogo.
Al final el público invadió el estrado (entiéndase chicas con jeans apretaditos de la zona VIP), en medio del jammin de los aztecas y el papel picado multicolor que volaba por los aires. La algarabía justificó la espera de ver a una banda que sí valió la pena.
2 comentarios:
No estoy muy de acuerrdo con el trato a RIO y PEPE ALVA, al menos él se lo ve en cadenas de videos y creo que hace quedar bien al pais. No hay qye ser tab negativos, no crees?
No sean malos el concierto estubo bravazo..ademas son conciertos para divertirse, parsarla bien y meterse todas las chelas posibles. No sean aguafiestas.
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